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¿CUÁNTO NOS CUESTA EL ROBO DE PALÉS EN LA CADENA DE SUMINISTRO?

19 de mayo de 2022

LA VENTANA DEL R@S:

¿CUÁNTO NOS CUESTA EL ROBO DE PALÉS EN LA CADENA DE SUMINISTRO? 

AUTOR: Susana Marquez Pedrouso. European Asset Protection Manager at CHEP


La cadena de suministro cuenta con una unidad de medida que sirve para agrupar, desagrupar, entregar, almacenar, exponer productos y muchas otras acciones imprescindibles. La mayoría de los artículos de consumo que nos rodean han viajado sobre esa unidad que permite ahorrar costes, ser más eficientes y proporcionar mayor seguridad a todos los niveles. 

Esa medida es el palé. Sea de plástico o de madera, de un solo uso o reutilizable, es la humilde plataforma que mueve el mundo. Y también es el protagonista de uno de los delitos más silenciados de la cadena de suministro: la apropiación indebida y la compraventa ilícita. 

CHEP, la empresa donde trabajo actualmente, es una multinacional que ofrece servicios de “pooling” de palés a fabricantes y distribuidores. Este sistema, circular por definición, se basa en compartir y reutilizar las plataformas a lo largo de toda la cadena de suministro, entre fabricantes y distribuidores. Es decir, se basa en la confianza hacia nuestros clientes y socios, ya que el cliente paga por el tiempo que utiliza los palés, sin necesidad de comprarlos. Una vez que el cliente comunica el envío a través de una aplicación, nos encargamos de recoger los palés en su destino.

Sin embargo, la buena voluntad y la honestidad no siempre calan en cada movimiento de los palés. Lamentablemente, un porcentaje termina siendo utilizado por empresas o individuos que no han pagado por ellos, o lo que es peor, se venden y/o
compran cometiendo un delito continuado de apropiación indebida y receptación.

Parece sencillo, pero detrás de cada movimiento hay una logística prodigiosa y difícil de describir en tan solo unas líneas. 

Este tipo de delito afecta tanto a las empresas de “pooling” como a las empresas propietarias de palés, todos sufrimos robos a diario. Aún más teniendo en cuenta la subida vertiginosa del precio de la madera como materia prima, y la escasez de palés debido a aprovisionamientos preventivos en numerosos distribuidores. Por extensión, los clientes de sistemas “pooling” de palés también afrontan las consecuencias del robo de los mismos: cuando el stock de palés queda reducido, la empresa de ‘pooling’ se ve obligada a reponer los palés “desaparecidos”, pudiendo repercutir indirectamente en un incremento de costes para todos los participantes de la cadena de suministro. 

Otro aspecto es la sostenibilidad en la cadena de suministro. La cultura de “usar y tirar” se ha impuesto a lo largo de los últimos 50 años. Algunos recordareis los famosos “cascos” (botellas de cristal) de la leche y otras bebidas, que hace años circulaban con soltura en la cadena de suministro. Lo normal era asumir que el producto que consumíamos se trasladaba en un soporte retornable. Es cierto que a los consumidores nos conllevaba un esfuerzo extra, el de recordar devolver las botellas e intercambiarlas por el producto, que se nos entregaba de nuevo dentro de otra botella reutilizada. 

Hoy en día, el incremento exponencial de producción de residuos nos muestra que estos hábitos eran beneficiosos bajo todos los puntos de vista, y es la misma perspectiva que trasladamos al hecho de compartir y reutilizar millones de palés cada jornada, así como mantenerlos, repararlos y volver a ponerlos en circulación.

Tipos de palés
Las empresas de “pooling” distinguen sus pallets gracias al color de los mismos, así como a las características individuales de fabricación. Los palés de CHEP son azules, pero existen otras empresas en el sector que identifican los suyos con el color rojo o
verde. En términos generales, en el sector se denominan palés de “pooling” y en el ámbito de los recicladores se denominan palé “de color”.

El palé de intercambio (sistema EPAL/EUR) es de color madera y se conoce en el sector como “palé blanco”. Los usuarios pueden intercambiarlos por el mismo tipo de palé o enviarlo a fondo perdido, repercutiendo su coste dentro de la factura del envío. 

También existe el palé blanco que no pertenece a ningún sistema y se mantiene en propiedad. Estos palés presentan diferentes grados de resistencia y calidad. En esta categoría también se encuentra el palé de un solo uso, que como su nombre indica, es parte de la cultura de “usar y tirar”.

Por lo tanto, exceptuando esta última categoría de usar y tirar, el palé no es un residuo del que se pueda disponer. No me refiero a los usos por parte de particulares para crear mobiliario o elementos decorativos (que no debería hacerse con palés de pooling o intercambio en ningún caso), me refiero al mercado ilícito de segunda mano que se desarrolla entre empresas, particulares y alguno de los negocios de reciclaje y compraventa de palés que aceptan adquirir productos robados. 

La colaboración como aliada frente al robo de palés 

Nuestro departamento de seguridad y protección de activos en España ha desarrollado numerosas investigaciones a lo largo de más de veinte años. Este mismo boletín “Red Azul” se hizo eco de una de ellas en su última publicación: una sentencia que conlleva penas de cárcel para los infractores.

Hoy en día, la ya mencionada escalada del precio de la manera que estos delitos no solo están aumentando, sino que la ganancia (producto de las transacciones ilícitas) también se incrementa.

Es hora de abordar y dar visibilidad a esta práctica delictiva. Los departamentos de seguridad de las empresas de logística y transporte, mayoristas, cadenas de distribución, así como los recicladores y establecimientos de segunda mano podemos actuar con responsabilidad y colaborar con los diferentes cuerpos policiales. Es hora de desafiar la impunidad en la que se amparan los que se apropian de los palés para un beneficio individual. 

Sabemos que el itinerario de cada palé lo expone a esa apropiación indebida, pero la colaboración y el conocimiento del impacto que genera puede cambiar nuestra perspectiva. Y si no lo hacemos por un factor económico, hagámoslo por nuestra propia conciencia medioambiental, ya que los recursos del planeta no son infinitos. 


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