Que un título universitario pueda falsificarse no es una gran novedad, que sea un máster impartido en una universidad de prestigio, tampoco. Lo realmente preocupante es la propagación de esta práctica ilícita y precios adaptados a cualquier bolsillo. De hecho, determinados especuladores ofertan en la red diplomas universitarios exactos al original por 200 dólares y másteres de IESE, valorados en 60.000 euros, por apenas 500. La perspectiva resulta apetitosa, no me lo nieguen. Incluso podemos obtener un título en ingeniería por el Massachusetts Institute of Technology, el famoso MIT de Estados Unidos, por unos 3.000 dólares. Ante el peligro de que pueda socavar los cimientos de los grandes feudos universitarios, sus responsables llevan tiempo buscando herramientas que contrarresten este azote.
En 2017, ve la luz la start up Block Tac, fundada por Francisco J. Guillén y Enrique Lizaso. Su objetivo es aprovechar la tecnología disruptiva blockchain para hacer dos cosas. Por un lado, proteger la integridad de un título universitario y, de otro, autentificarlo por medio de internet.
El blockchain se basa en cadena de bloques que se van insertando cada diez segundos en un servidor. Dentro de estos bloques se insertan datos. Puede alojar muchísima información. Desde un título universitario pasando por la referencia de una botella de aceite de oliva gourmet e incluso una transacción financiera. Estos bloques se van enlazando con el anterior a través de una encriptación nueva. Por este motivo, presentan un nivel de inviolabilidad prácticamente absoluto. Estos ‘bloques’ se almacenan en miles de servidores que comparten la misma información y, por tanto, protección. Esta red de ordenadores posibilita un riesgo “nulo de modificación”, apunta Guillén, pues resulta “imposible romperlos”. Lo que hace verdaderamente singular a Block Tac es que ofrece estos servicios a instituciones académicas de forma sencilla y a un bajo coste apoyándose en la inmunidad del blockchain. “Nuestra app es una prueba de veracidad”.
¿Pero cómo nos protege Block Tac un título universitario? Hay dos caminos. Por un lado, esta herramienta inserta un código QR en el propio documento. En este caso, tan solo hay que capturar la imagen con un dispositivo móvil que nos llevará a la página oficial de la universidad expedidora, donde se autentificará. Pero, ojo, es la tecnología blockchain de la red quien lo certifica, no la universidad. Se puede hacer cuantas veces quiera y desde cualquier medio (tablet, smartphone , etc). Hay muchas más aplicaciones prácticas. Imaginen que nos presentamos a una oferta de trabajo y desean verificar nuestro máster en ‘Práctica Jurídico Laboral’ por el Centro de Estudios Garrigues (valorado en 27.000 euros). Block Tac nos proporcionará un enlace (puede ser temporal) que adjuntamos al currículum y desde el que el bufete de abogados puede verificar la titulación.
Block Tac también está trabajando en los productos de alimentación de alta gama como vinos y aceites de oliva virgen extra gourmet. Un nicho de mercado donde existe una elevada tasa de fraude. El emprendedor catalán nos recuerda el caso de Pingus, la bodega más prestigiosa de Ribera del Duero. El pasado año, la Guardia Civil desmantelaba una organización dedicada a la falsificación de vinos Pingus, Flor de Pingus y Vega Sicilia Único, referencias que pueden costar, en algunos casos, los 1.900 euros. En estos supuestos, Block Tac cuenta con “un precinto digital” que se adhiere en forma de etiqueta en la botella de vino o aceite. Igualmente cuenta con un código QR. La diferencia es que “solo puede verificarse una sola vez porque actúa como un lacre digital”. Todo ello queda registrado en la red por lo que “si alguien quiere copiar el código QR y pegarlo en una botella fraudulenta, la app genera una alerta”.
De momento, Block Tac tiene entre sus clientes a Universitas 21, que agrupa a más de cien universidades y asume la gestión de sus títulos, actas y certificados; el IESE, el Colegio de Agentes Comerciales de España o la Federación de Asociaciones de Antiguos Alumnos y Amigos de las Universidades. Españolas (Alumni España).
La consultora de seguridad ASPLAN , que dirigen Miguel A. Gutiérrez Mansilla y Francisco J. Martínez Piñar, ha sido la primera de Málaga en adoptar las soluciones de Block Tac. Para ambos directivos, “el problema que nos encontrábamos era cómo certificar, con absoluta fiabilidad, la autenticidad, por ejemplo, de un informe de seguridad”. De hecho, gracias a la tecnología blockchain saben que “es imposible ser copiado ni manipulado por ningún hacker”, recalca Martínez. No en vano, contar con un sello de autenticidad de esta naturaleza “nos da garantías máximas frente a una aseguradora”. Como resultado, “afianzamos la oferta a nuestros clientes”, apunta Gutiérrez Mansilla, lo que les permitirá reforzar su departamento de ciberseguridad.